Después de ver con más o menos pasión la trayectoria de la selección española en el Europeo 08 de Austria y Suiza, por mi mente sólo pasa una posible comparación: el Barça de 06. Sí, ese equipo que deleitó a todo el mundo con la magia de sus cracks y ayudó a definir el concepto de buen fútbol a más de uno acostumbrado a jugar con 12 o a hacerlo mejor con 10. Ese Barça que ganó la Champions más justa de los últimos 7 años ( por ambición y juego) me permite tejer éste que, para algunos, puede ser un descabellado paralelismo. No para mi.
Jamás he sido un ferviente seguidor de la selección aunque en segun que etapas la he mirado con ojos distintos para bien (Mundial del 94) y para mal (Eurocopa 00). También quiero añadir, para disgusto de algunos, que me repugna la politización del fútbol (aunque es ineludible en un pais tan polarizado para casi todo como éste). Mi aversión/soporte a la selección se mide siempre por los mismos baremos, que no son otros que los centimetros de caspa que la cubren. Esta fina capa de grasa que despierta mi repulsa tiene dos componentes principales: la prensa madrileña y su euforia pre coitus interruptus y el grado de componentes del Madrid que constituyen el equipo nacional. El devenir de la roja en los últimos tiempos ha frenado el éxtasis de los primeros y ha borrado un poco la huella de los segundos. Y el único protagonista de esto es el Sr. Luis Aragonés. Sólo a alguien al que se le denomina el Sabio puede darse cuenta de lo que pueden ( y han aportado) jugadores como Raul y Guti, entre otros, a un equipo con la necesidad imperiosa de ganar como es la selección española. La respuesta es clara:nada. Sólo él lo tenía claro y sólo él ha sabido romper un ciclo de sinsabores para, echando mano de la coherencia por primera vez en mucho tiempo, hacer un equipo con los que se lo merecen. Esto ha incidido en la empatía por un grupo nacido de la justicia deportiva (es decir, de los rendimientos o meritos echos para acudir a la cita europea) y volcado en cerrar una etapa de imposiciones que se ha visto acompañada siempre por el sello de la derrota. No ha sido fácil, y menos para el seleccionador, que tubo que soportar una humillante y desautorizante rueda de prensa para justificar la no convocatoria de un jugador. Pero se mantuvo firme y espero que cobre su valiente apuesta con el triunfo final, que tendra el punto de blanco justo (Casillas y Ramos indiscutibles) lejos del habitual de la caspa (Raul, Guti).
Se superó la barrera de cuartos con más fe que fútbol todo y ser superiores a la misma rácana, y no por ello menospreciablemente vicotoriosa, Italia de siempre (actual camepona del mundo); esta vez le pagaron con idéntica moneda con la que suele comprar sus éxitos en el bazar de la historia. Antes, en la fase de grupos, se empezó a intuir lo que era la semilla de este grupo destinado a volver a la senda del éxito, coto privado de las categorias inferiores de la nacional hasta el momento. Con uno de los mejores despliegues futbolísticos vistos en este breve torneo, ha sido la única primera de grupo en tener cabida en las semifinales, pues la dos atractivas propuestas restantes se quedaron en el camino (Portugal y Holanda), unos en manos de los de siempre,Alemania, que parece que no esta pero siempre llega; y otros en manos de la sorpresa, Rusia (con permiso de la diezmada Turquía), del no menos soprendente y milagroso hacedor de equipos nacionales Guus Hiddink.
Los grandes cayendo y España firme y con el buen fútbol por bandera. Pero han caido todos los grandes? No! Aun queda un pequeño reducto de tozudos teutones capaces de triturar cualquier magnifica partitura balompédica en pos del éxito final. España ha derrotado hoy a Rusia y, además, se ha exibido. Pero no es suficiente para asustar a una selección que renace de sus cenizas y se reiventa a cada paso. Sirven para ilustrar tan metafóricas frases el papel realizado en los dos últimos Mundiales por la selección alemana ( 2ª en Corea y Japón y 3ª en su Mundial) cuando nadie creia en ella para papeles principales. Siempre avanzando por el halambre de la incertidumbre cual pertinaz funambulista, dispuesta siempre para asestar el golpe final al menor despiste, lucha incluso contra su incapacidad para generar buen fútbol, viviendo de destellos y convirtiendo la competitividad hasta la enfermiza insistencia en el dogma de su éxito (3 Eurocopas y 3 Mundiales, ganados con más o menos justicia y con más o menos talento la avalan)
Nos aguarda una gran final en la que deseo la victoria de la roja. Y aqui enlazo con el símil del Barça 06. Hasta el momento, y sobretodo hoy, ha sido el equipo con mejor fútbol y que más merece este trofeo de la misma forma que el Barça 06 merecía ganar la Champions de Paris. Han sufrido a los italianos (campeones igual que el Milan en 06), a los soprendentes rusos (menos molestos que el Chelski de Abramovich en su momento) y les quedan los de siempre (Espero que Alemania sea el Arsenal de 06). Y ya que se han despojado de los acomplejantes fantasmas de siempre, espero que rompan la funesta expresión que reza: " El fútbol es un deporte que se juega 11 contra 11 y siempre ganan los alemanes".
Por justicia futbolera (algo que sólo cabe en la imaginación y tan imprecisa como mesurable) anhelo que esta vez no sea así, a la vez que deseo un enfrentamiento emocionante para que Raul y sus guardaespaldas graben en su retina la primera victoria de España a nivel de selección desde hace 44 años, de la que, como queda claro (para mi goze y disfrute) no seran partícipes.
Jamás he sido un ferviente seguidor de la selección aunque en segun que etapas la he mirado con ojos distintos para bien (Mundial del 94) y para mal (Eurocopa 00). También quiero añadir, para disgusto de algunos, que me repugna la politización del fútbol (aunque es ineludible en un pais tan polarizado para casi todo como éste). Mi aversión/soporte a la selección se mide siempre por los mismos baremos, que no son otros que los centimetros de caspa que la cubren. Esta fina capa de grasa que despierta mi repulsa tiene dos componentes principales: la prensa madrileña y su euforia pre coitus interruptus y el grado de componentes del Madrid que constituyen el equipo nacional. El devenir de la roja en los últimos tiempos ha frenado el éxtasis de los primeros y ha borrado un poco la huella de los segundos. Y el único protagonista de esto es el Sr. Luis Aragonés. Sólo a alguien al que se le denomina el Sabio puede darse cuenta de lo que pueden ( y han aportado) jugadores como Raul y Guti, entre otros, a un equipo con la necesidad imperiosa de ganar como es la selección española. La respuesta es clara:nada. Sólo él lo tenía claro y sólo él ha sabido romper un ciclo de sinsabores para, echando mano de la coherencia por primera vez en mucho tiempo, hacer un equipo con los que se lo merecen. Esto ha incidido en la empatía por un grupo nacido de la justicia deportiva (es decir, de los rendimientos o meritos echos para acudir a la cita europea) y volcado en cerrar una etapa de imposiciones que se ha visto acompañada siempre por el sello de la derrota. No ha sido fácil, y menos para el seleccionador, que tubo que soportar una humillante y desautorizante rueda de prensa para justificar la no convocatoria de un jugador. Pero se mantuvo firme y espero que cobre su valiente apuesta con el triunfo final, que tendra el punto de blanco justo (Casillas y Ramos indiscutibles) lejos del habitual de la caspa (Raul, Guti).
Se superó la barrera de cuartos con más fe que fútbol todo y ser superiores a la misma rácana, y no por ello menospreciablemente vicotoriosa, Italia de siempre (actual camepona del mundo); esta vez le pagaron con idéntica moneda con la que suele comprar sus éxitos en el bazar de la historia. Antes, en la fase de grupos, se empezó a intuir lo que era la semilla de este grupo destinado a volver a la senda del éxito, coto privado de las categorias inferiores de la nacional hasta el momento. Con uno de los mejores despliegues futbolísticos vistos en este breve torneo, ha sido la única primera de grupo en tener cabida en las semifinales, pues la dos atractivas propuestas restantes se quedaron en el camino (Portugal y Holanda), unos en manos de los de siempre,Alemania, que parece que no esta pero siempre llega; y otros en manos de la sorpresa, Rusia (con permiso de la diezmada Turquía), del no menos soprendente y milagroso hacedor de equipos nacionales Guus Hiddink.
Los grandes cayendo y España firme y con el buen fútbol por bandera. Pero han caido todos los grandes? No! Aun queda un pequeño reducto de tozudos teutones capaces de triturar cualquier magnifica partitura balompédica en pos del éxito final. España ha derrotado hoy a Rusia y, además, se ha exibido. Pero no es suficiente para asustar a una selección que renace de sus cenizas y se reiventa a cada paso. Sirven para ilustrar tan metafóricas frases el papel realizado en los dos últimos Mundiales por la selección alemana ( 2ª en Corea y Japón y 3ª en su Mundial) cuando nadie creia en ella para papeles principales. Siempre avanzando por el halambre de la incertidumbre cual pertinaz funambulista, dispuesta siempre para asestar el golpe final al menor despiste, lucha incluso contra su incapacidad para generar buen fútbol, viviendo de destellos y convirtiendo la competitividad hasta la enfermiza insistencia en el dogma de su éxito (3 Eurocopas y 3 Mundiales, ganados con más o menos justicia y con más o menos talento la avalan)
Nos aguarda una gran final en la que deseo la victoria de la roja. Y aqui enlazo con el símil del Barça 06. Hasta el momento, y sobretodo hoy, ha sido el equipo con mejor fútbol y que más merece este trofeo de la misma forma que el Barça 06 merecía ganar la Champions de Paris. Han sufrido a los italianos (campeones igual que el Milan en 06), a los soprendentes rusos (menos molestos que el Chelski de Abramovich en su momento) y les quedan los de siempre (Espero que Alemania sea el Arsenal de 06). Y ya que se han despojado de los acomplejantes fantasmas de siempre, espero que rompan la funesta expresión que reza: " El fútbol es un deporte que se juega 11 contra 11 y siempre ganan los alemanes".
Por justicia futbolera (algo que sólo cabe en la imaginación y tan imprecisa como mesurable) anhelo que esta vez no sea así, a la vez que deseo un enfrentamiento emocionante para que Raul y sus guardaespaldas graben en su retina la primera victoria de España a nivel de selección desde hace 44 años, de la que, como queda claro (para mi goze y disfrute) no seran partícipes.
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