lunes, 15 de diciembre de 2008

Sufrimiento y gloria bajo la lluvia.

Andaba la semana enrarecida por los pronósticos que orbitaban alrededor de este Barça sorprendente. Y entre la maraña de superlativas y, porqué no decirlo también, ingenuamente triunfalistas cábalas, el enemigo sacó de su histórica chistera un nuevo conejo (para sustituir al desertor anterior) que sonaba a truco sobado de una mago trasnochado. Nada podía romper la gloriosa harmonía que envolvía al equipo después de sus espectaculares duelos ante Sevilla y Valencia. Los pronósticos era claros: no hay rival, es momento de vendetta. Y así fue como un truco arriesgado se transformó en una trampa hostil que casi liquida la ilusión culé, narcicista ella, que yacía distraida, haciendo círculos alrededor de su ombligo precedidos de un 5... mientras el enemigo se replegaba, herido de muerte, para batallar hasta la extenuación con una panda de grumetes y viejos tullidos contra el navio culé.

La euforia desatada, así como la depresión más profunda, son signos irreversiblemente conectados a la experiencia blaugrana. La cordura vive de alquiler en nuestro imaginario. Así llegó un Madrid nuevo, feo y empequeñecido, y con un entrendor subido al patíbulo des su nominación. Sólo los merengues veian esperanza donde los culés divisaban un pozo oscuro donde arrojar tantas frustraciones acumuladas. Pero el Madrid, mal que nos pese, es un equipo con un espiritu particular. Sólo des de la casta se puede explicar lo que se vió en el campo, porqué al mirar las alineaciones, a todos nos entraba la risa...

La tarde se volvió noche y la climatología decidió poner a prueba la fe culé. Lluvia y frio para amenizar la sonata que debía llevar al Barça de regreso al Olimpo futbolístico. Para el barcelonista pero, no había nubarrones, la lluvia acariciaba su rostro y elevaba sus canticos, que rompían el frio de una noche glacial para dar calor a sus once guerreros. Era el partido, la hora había llegado...

Todo transcurrió dentro los límites de lo esperado (Marcaje brutal a Messi, un àrbitro cobarde, ocasiones, fallos, un rival replegado y con las lineas muy juntas,...) pero el tiempo puso en evidencia que algo no funcionaba. El fútbol se acumulaba en largas conducciones, pues Xavi no lograba desacerse de su sombra argentina, mientras Guddy lidiaba con más fuerza que acierto. Touré intento coger el timón de la creación, pero el rival apretaba y no había sufieciente con una buena predisposición. La ansiedad se palpaba. Tantos vaticinios vacuos habían supuesto un lastre emocional para la plantilla, que de pronto se sintió responsable de tantas alegorias victoriosas. Había fuerza, convicción, despliegue...todo ello mermado por esa ansia paralizadora de cumplir las expectativas.

El Madrid vino a no perder o, siendo sincero, a no salir goleado. El campo imponía y el rival aun más. Pero no hay mejor escenario para resucitar que el feudo del rival más odiado. Eso debieron pensar los Madridistas, empezado por un soberbio Casillas y acabando con el coraje insuficiente de Raúl. Juande dejó notar su mano en un partido que, en el fondo y dadas las circunstancias, no le comprometía a demasiado. Y mientras el Barça se estrellaba en el muro merengue, la esperanza blanca a punto estuvo de materializarse en las botas de Drenthe, el cual tuvo en sus pies cambiar el signo del partido. Pero erró, o más bien, un pletórico Valdés le detuvo el tiro. Allí el Madrid empezó a tomar conciencia de que no podía ganar (falto de efectivos y de potencial) pero sí empatar. Y se esmero en ello. El Barça, menos fresco en la medular que de costumbre se entregó por minutos a la magia de Messi, la furia de Eto'o y el pudonor de Puyol y Touré. Y fue así hasta que Pep se dio cuenta de que apostar por Guddy (su única duda, de hecho) no fue la mejor opción. Salió Busquets y el partido renació para el Barça. Fue el quien dió al Barça el equilibrio que le faltaba, esa mágica unión entre contudencia y toque que ya se ha transformado en su sello. Ganó en fluidez el juego y la ofuscación de Xavi dejó de pesar tanto. Y provocó un penalty. Tejió el renacimiento de un equipo que salió a golear y que vió como el orden del rival (estilo numantino para un equipo de historia rutilante) le aguaba la fiesta con permiso del tiempo.

Eto'o decidió asumir las responsabilidades. Por motivación o por respeto a un pacto oculto. Visionaba una forma de ganar que se alejaba de mis más optimistas pretensiones pero que no me desagradaba dado el ajetreado transcurrir del partido. Una voz vaticinó a mi lado el fallo del camerunés (sensación que compartieron muchos) y no quise creer sus palabras hasta que la realidad me golpeó. Perdí una caña y empezé a perder la esperanza. El empate a cero era un resultado que, por inesperado, se mostraba insuficiente y descorazonador. Pero en ese mismo córner donde el Barça tantas ocasiones ha desperdiciado, nació el gol que abrió el camino de la vitoria. Puyol se elevó y dejó una pelota muerta en el interior del area para que Eto'o rematara en semifallo y venciera la resistencia merengue. Más de 80 minutos soportó el Madrid más precario que recuerdo contra el Barça del renacimiento. Luego llegó el gol de Messi que, como corriendo paralelo a la trayectoria del gran Diego, se acompaño de magno tarrazcazo de Il Bello Cannavaro. Ese gol dolió por su magnificiencia y porque definitvamente rompió en mil pedazos ese sueño que el Madrid había tejido alrededor de su trinchera. Sufrimiento , épica y gloria para un equipo con hechuras de campeón.

Al final, la victoria fue lo más importante tal y como ya había indicado Pep, pues observar ese más +12 en el teletexto es capaz de dibujar una sonrisa al más desconfiado. Y e aquí que sonreí y agradecí a Pep su fenómenal trabajo para resucitar este muert.o Rompió mi desconfianza, se ganó mi gratitud. Pero eso no oculta una estraña sensación de desazón, de ocasión perdida... Mas ya no es tiempo de lamentaciones, debemos gozar de este equipo, de la ilusión que transmite, sin olvidar que la base del éxito se encuentra en el trabajo y la humildad, valores que Pep parece haber inculcado a sus pupilos. Ya soy un creyente más... gracias Barça !!!

P.D: Este post va dedicado a M.P (debutante) que sufrió conmigo el devenir del partido bajo la insistente cortina de agua con la que el cielo nos obsequió. Y a todos aquellos culés que gozarón de la emoción del clásico en tan pésimas condiciones. Y es que por algo será que somo más que un club.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto prácticamente todo lo dicho. El error de Guardiola fue sacar de inicio al pobre Guddy que no dio pie con bola. Busquets, a diferencia de su padre, desatascó el centro del campo. Algo que se notó en la primera bola que rozó.

No sé por qué yo también tuve la sensación de que fallaría el penalti Eto'o. Se lo dije a mi compañero de piso, valencianista el pobre, que me dijo ojalá sea cierto. Y tanto que lo fue. Pero al final el chacal camerunés sacó su gallardía y su orgullo para empujar la pelota con alguna de sus extremidades... ¿quién dijo que el muslo no servía para marcar?

Y la puntilla final fue el golazo de Messi, que me hizo volver al partido en el Pizjuan cuando en una de las últimas jugadas dejó a Palop en su sitio.

El Madrid es un equipo con casta, pero se equivocó desde el primer minuto. Yo llegué tarde a casa y al sentarme en la silla se lo dije a mi compañero: "aunque cueste, ganaremos". Y es que no se puede salir un partido a empatarlo 0-0 defendiendo con los once, más el banquillo y el árbitro... que dicho sea de paso se comió un penal como la copa de un pino por manos. Que le empates a cero goles a un equipo de Segunda B, vale, pero al Barcelona con el potencial ofensivo que tiene y la capacidad para controlar la pelota y esperar el momento... es un error infantil.

Al final lo importante es sumar tres puntos más, aunque siempre nos guste golear. Pero hay que comprender que ganar a once defensas es complicado y si a eso se le suma que se trata del eterno rival, más. Y menos mal que la lluvia y el frío no dejó helado a Valdés y pudo salvar dos acciones peligrosas: la de Drenthe y la de Palanca en una internada por la banda derecha.

Un saludo blaugrana.

Diego López.

Sas dijo...

Realment va ser un partit fotut i la cosa hagués pogut acabar malament, de totes maneres i ben mirat, el Barça, tot i no ser el Barça al que ens hem acostumat aquest any; va ser immensament superior.

El Madrid va jugar a no perdre, però el problema d'aquest equipot és que són capaços de guanyar partits només ensenyant l'escut, i això xoca de ple amb la tendència a enfonsar-se dels blaugranes en el moment menys oportú. Tot i així, el futbol va ser just i aquesta vegada vam guanyar. Sense humiliar el rival, però vam guanyar.

Així doncs, hem de pensar que tenim bon equip i ganes de guanyar títols. Podem estar contents, i que duri! (per favor, que duri...)

PD: M'alegro de veure que finalment has tornat! xD

Unknown dijo...

Deixaré els comentaris tècnics per gent experta i només diré que per a mi, va ser el millor partit que he seguit. Més igual els encerts o errades que el Barça va fer, la manera de jugar del Madrid, o inclús la climatologia que es va patir. Aquest partit em va emocionar, em va fer plorar, em va fer patir (tb s'ha de dir que en moments em partia la caixa)... I que sigui capaç d'aguantar això amb un xàfec de la hòstia, ha de significar alguna cosa... Gràcies Manel!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.